Disfrutando la libertad

Ayer vi a "el Chuki". Había salido de estar en cana y nos cruzamos en el quiosco de doña Norma, qué se pasa por el culo la veda electoral. Me vio, pidió su cerveza y al instante volvió a mirarme como si hubiera visto un fantasma. "¡Enzo!" gritó, "¡qué cambiado estas!" Y yo, sintiendo todas las miradas de las personas en la fila, le respondí sin saludarlo: "Sí, ¿no? ¡Cambié un montón, ¿no?" (aunque en realidad no creo haber cambiado mucho). Me miró de arriba abajo y sonriendo, visiblemente en pedo. "Estás muy bien", me dijo, y me ofreció su cerveza, la cual acepté como muestra de amistad.


Luego me preguntó: "¿Cómo te haces 'batir'?" No entendí la pregunta, pero se me ocurrió un chiste que no dije porque había espectadores muy pendientes del encuentro. Me volvió a hacer la misma pregunta, y ahora entendiendo el contexto, le respondí: "Zoe, ahora me dicen Zoe". "Un gusto, Zoe", dijo, me dio un beso y se fue tomando su birra y sonriendo.


"El Chuki" había recuperado su libertad y estaba disfrutándola al máximo. Al rato, ya en mi casa y relajada en mi cuarto, me di cuenta de que ambos estábamos disfrutando de nuestra libertad.

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