Antena
Desde mi ventana, una antena, solitaria, que gira en su propio eje, solo mis ojos la ven, de la noche, un vals de ondas y misterio. Desprevenidos, no la notan, indiferentes al baile nocturno, pero yo siento su ritmo constante, un vaivén insistente y noctámbulo, un eco metálico y errante. Hay un secreto que me cuenta en mis desvelos, mientras el mundo, ajeno y sin culpa, no percibe su giro repetitivo. En la danza invisible, me pierdo, me gira y me mece en un vaivén que solo yo, en noches, comprendo.