Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2024

Transfemicidio

Qué miedo arriesgarme a amarte,   que me mates y encuentren mi cuerpo cogido y sin pulso sobre mi cama.   Cama que supimos ocupar los dos,   fría como tumba, con sábanas por testigo   de gemidos y gritos.   Amar con intensidad dejó mi alma en penumbra,   amor refugio, amor verdugo.

Espejos rotos

Vivo en un jardín de espejos rotos,   donde las risas ahogan   y se tejen hilos de olvido. Las palabras, afiladas como espinas,   se clavan en la carne,   dejando cicatrices visibles   que laten afiebradas en la soledad nocturna. Cada gesto, cada mirada vacía,   se marchita en tonos de abandono,   y entre susurros de desdén,   se destila veneno en las memorias,   donde el odio florece en silencio.

Mural

El viento helado arrastraba las hojas secas por las calles del barrio. Yo observaba desde la ventana empañada de mi comedor a los niños que ingresaban a la escuela. Hoy la casa estaba impregnada de una tristeza palpable, como si los muros pudieran recordar. Había pasado más de una década, pero el peso de la ausencia de mi esposo, algunos días, me asfixiaba. Me había acostumbrado a ser viuda de un activista incansable, un hombre que no temía alzar la voz contra un régimen opresivo que gobernaba. Su valentía, sin embargo, tuvo un costo altísimo: una noche de invierno, como este invierno, fue arrestado y nunca más supe de él. Con el tiempo, nuestra casa, ahora mi casa, se había convertido sin darme cuenta en un símbolo de resistencia. Grupos de derechos humanos, organizaciones políticas y antiguos compañeros de mi marido seguían llegando, a visitarme en las mismas fechas, buscando mi apoyo para una vigilia en su nombre y así mantener viva la memoria y la lucha del pueblo. Yo los recibía c

La mancha

Hasta el momento, había sido una tranquila tarde de verano. Encendí la tele y puse una novela. Había sido un día caluroso y la sombra del interior de mi sala, proporcionada por el árbol de paltas afuera, me daba el refugio perfecto. Me acomodé en el sillón con un vaso de cerveza fría. Mientras los personajes en la pantalla contaban su historia, noté una pequeña mancha en la pared blanca, justo al lado del televisor. Al principio, traté de ignorarla, pero mi curiosidad siempre fue fuerte. "¿De dónde habrá salido esa mancha?". Me levanté lentamente y me acerqué a la pared para examinarla de cerca. La mancha parecía ser de humedad. "¿Será de alguna filtración desde afuera?", pensé, recordando las recientes lluvias torrenciales. Sin embargo, también consideré la posibilidad de que viniera del vecino de arriba. "¿Y si tienen una fuga en su baño?". La duda comenzó a inquietarme cada vez más. No me dejaba concentrarme ni relajarme. Volví al sillón, mirando la man