Poemas de Estradiol

Cuando yo me muera, en el crepúsculo dorado, el mundo se detendrá, en mi partida ensombrecidas, las estrellas caerán, como lágrimas del cielo. Los lagos se secarán, sin mi reflejo travesti y guaraní. Cuando yo me muera, en mi último suspiro, todo será oscuridad, pero no en vano, pues en mi corazón, tu amor seguirá brillando, una llama inmortal, eternamente ardiendo. Ya no habrá calma en el atardecer sereno, ni lugar donde llegar, como lo son tus brazos obreros. Pero en cada rincón, en cada suave ventolina , mi amor persistirá, como un eco en la brisa.

Rasguño tu deseo y me consumo. Me quemo viva. Ceniza intensa. Tu cuerpo marcando mi cuerpo. Tu imagen grabada en mis ojos. Quiero nombrarte hasta morirme. Explotar en miles de pedazos y que cada uno guarde en su interior tu sed. 

Me ausento de mí. Todo se nubla y no sé a dónde ir. Mi cuerpo ya no es mío. No tengo control sobre ninguno de mis movimientos. Estoy presa; mi cuerpo me captura. Mis pensamientos flácidos y grises son ilegibles. Mi vista se distorsiona, borrosa y poco confiable. Un sonido se repite constantemente, un motor eterno y estropeado que solo aumenta su sonido a medida que más me ausento de mí."

Ayer vi a "el Chuki". Había salido de estar en cana y nos cruzamos en el quiosco de doña Norma, qué se pasa por el culo la veda electoral. Me vio, pidió su cerveza y al instante volvió a mirarme como si hubiera visto un fantasma. "¡Enzo!" gritó, "¡qué cambiado estas!" Y yo, sintiendo todas las miradas de las personas en la fila, le respondí sin saludarlo: "Sí, ¿no? ¡Cambié un montón, ¿no?" (aunque en realidad no creo haber cambiado mucho). Me miró de arriba abajo y sonriendo, visiblemente en pedo. "Estás muy bien", me dijo, y me ofreció su cerveza, la cual acepté como muestra de amistad. Luego me preguntó: "¿Cómo te haces 'batir'?" No entendí la pregunta, pero se me ocurrió un chiste que no dije porque había espectadores muy pendientes del encuentro. Me volvió a hacer la misma pregunta, y ahora entendiendo el contexto, le respondí: "Zoe, ahora me dicen Zoe". "Un gusto, Zoe", dijo, me dio un beso y s

No me resigno. La idea de ser una más en tu vida, en tu cama, me ofende. No tolero la idea de no ser parte de tus sentimientos más profundos. Quedo desolada con la idea de no ser lo último en lo que pensas cuando cerras tus hermosos ojos. Me enfurece y me retuerce el alma saber que no te intereso tanto como vos me interesas a mí. Todos los días me levanto y te elijo enamorada. Creo escenarios hormonales en los que solo somos vos y yo. Intensa, intensa, intensa. Me siento absurda, yo con tanto sentimiento y vos con tan poco o nada. Enormes deseos caprichosos de vos. Miradas de tango y sonrisas de tinto no me conforman. Borracha y estúpida, sola en mi cuarto, deseo tu amor o la muerte. Tu muerte. 

Hoy lo ignoraste.  Hoy no lo leíste. Hoy mi poema está triste.

Estoy perdida en un bosque nocturno. La noche me aturde, la luna me ciega y ramas secas, lastiman mi piel. Alimañas qué invaden, muerden mi carne.  Mi cuerpo no se rinde y avanza sangrando.  No hay consuelo esta noche.

Otros rasgos Otra mirada. El mismo sentir. Un cambio qué no sucumbe la esencia. Un cambio qué no demora su ausencia.

Canto al sol y a la luna,  para enamorarte.  Canto al sol y a la luna,  para enamorar tu corazón.  Carnaval de la luna y el sol.  Quiero estar en tu mirada,  luna enamorada.  Quiero estar en tus ojos, en tu corazón.  Carnaval de la luna y el sol.